Empezamos a desmontar los componentes de la bici. Así que toca restaurar, en la medida de lo posible, los metales. Para ello si la capa de grasa seca es abundante utilizo gasoil; este combustible además de limpiar a fondo, protege los engranajes internos, ya que es un fluído aceitoso. Por ejemplo, será útil en el muelle interior del cambio. Así que sumerjo el componente a limpiar como mínimo un día; no es necesario tanto tiempo, pero de esta forma no hay que frotar tanto. Después del baño de gasoil, le doy a las zonas que no tienen un cromado especial con un cepillo de cerdas metálicas de dureza media (para no rallar); luego, con un cepillo de dientes de cerdas duras, froto en las zonas más sensibles. Finalizada esta fase, lo lavo con detergente para quitar la combinación mugrienta grasa/gasóleo. Es curioso que después del lavado, el residuo oleaginoso del gasoil aún esté en los rincones, y eso en cierto modo, garantiza un plus de conservación interna a favor del componente. A continuación seco con un trapo limpio y aún así seguirá saliendo porquería... finalmente queda regenerado el cuerpo principal del cambio. La tornillería, que también ha tenido el mismo tratamiento, la lijo suavemente para eliminar el óxido que no ha salido con el lavado de detergente y estropajo.
El cambio necesita un tornillo que regule el límite de apertura, uno de ellos está muy torcido, aunque realiza sus funciones perfectamente.
Mila se ha encargado de renovar los Balilla, que han quedado nuevos. Han necesitado un lavado con detergente y luego el abrillantado con lana de acero 0000 y alguna lijada para enlucirlos. Salvo algún tornillo oxidado, el estado de conservación es notable y el material también lo es.
También la herradura necesitará otro tornillo; el regulador de tensión que ajusta la funda de freno, está cascado. Lamentablemente los nuevos que se venden no están elaborados con la calidad de los clásicos, pero que le vamos a hacer...
La nuez del sillín presenta un estado regular y está muy cargada de óxido. Por ello decidimos darle un baño combinado de agua y ácido oxálico; la sumergimos, dejando la mezcla como poco un día para que haga su trabajo y libere el óxido que impide ver el color metálico. Después, como ya he comentado en otros post, enjuago y neutralizo la acción del ácido con bicarbonato.
En este proceso intermedio no notaremos nada, ningún cambio, pero las partículas del metal sí, ya que se "relajan" después del ataque del ácido que, aunque es de los mas inocuos, no deja de ser agresivo.
Después, lavado y abrillantado. Esta nuez, presenta un "problema físico"; las estrías que fijan la inclinación del sillín, están muy desgastadas, son casi inexistentes. No es una nuez especial, ni mucho menos, pero puestas a regenerar todo lo posible en esta bici, utilizaré la multiherramienta eléctrica para remarcar los cortes y de esta manera intentar que no se mueva a la hora del apriete. Utilizo un disco de lija grueso para hacer las marcas; mejor hubiera sido un mini disco de corte, pero no tengo. Espero que funcione.
Una de las piezas que me cuesta más limpiar es la piñonera. Con tanto lugar inaccesible, las partes intermedias de los piñones no quedan a mi gusto. Para limpiarlas hago tiras de lija y les voy dando por el interior. Como este piñón está muy oxidado, rasco con el cepillo de púas mojado en un poco de gasoil y también froto con un cepillo de dientes.
Si sumergiera el piñón en el gasoil para quitarle algo de mugre me expondría a que éste entrase dentro y afectara a los trinquetes que hayan en el interior. Digo esto porque es de rosca, si la piñonera fuera de casette, los desmontaría y no habría problema, pero no es el caso.
Cuando el óxido va saliendo, limpio con otro cepillo mas suave y detergente, así va poco a poco elimino la porquería. Finalmente hago tiras con trapos de algodón para limpiar por las partes mas difíciles. Aunque el resultado no es satisfactorio, esta es la forma en lo se hacer.
Si alguien puede dar algún consejo, bienvenido será.
No ha quedado muy lucido, pero si tengo en cuenta el estado inicial, no debo quejarme. Por cierto el piñon, es un Regina Extra BX.
El manillar necesitó un lavado y luego esmerarse como viene siendo habitual en la tarea de sacarle brillo. Tiene algún que otro arañazo marcado, pero poca cosa.
El mismo proceso se aplicó a la potencia.
El aluminio de las manetas de freno Weinmann Vainqueur 750 presentan un aspecto tristón, tienen suciedad y muchos rasguños que apagan el brillo característico de estos productos suizos. Para revitalizar el brillo del aluminio habrá que eliminar muchos de los arañazos que tiene.
Si sumergiera el piñón en el gasoil para quitarle algo de mugre me expondría a que éste entrase dentro y afectara a los trinquetes que hayan en el interior. Digo esto porque es de rosca, si la piñonera fuera de casette, los desmontaría y no habría problema, pero no es el caso.
Cuando el óxido va saliendo, limpio con otro cepillo mas suave y detergente, así va poco a poco elimino la porquería. Finalmente hago tiras con trapos de algodón para limpiar por las partes mas difíciles. Aunque el resultado no es satisfactorio, esta es la forma en lo se hacer.
Si alguien puede dar algún consejo, bienvenido será.
No ha quedado muy lucido, pero si tengo en cuenta el estado inicial, no debo quejarme. Por cierto el piñon, es un Regina Extra BX.
El manillar necesitó un lavado y luego esmerarse como viene siendo habitual en la tarea de sacarle brillo. Tiene algún que otro arañazo marcado, pero poca cosa.
El mismo proceso se aplicó a la potencia.
El aluminio de las manetas de freno Weinmann Vainqueur 750 presentan un aspecto tristón, tienen suciedad y muchos rasguños que apagan el brillo característico de estos productos suizos. Para revitalizar el brillo del aluminio habrá que eliminar muchos de los arañazos que tiene.
Yo realizo todo el trabajo a mano. Así que necesitaré lija un poco gruesa para llegar crear una capa uniforme donde están los rayones y dejar igualada la superficie. Cuando froto lo hago realizando círculos, combinándolos con movimientos de izquierda a derecha, para evitar un desgaste excesivo y no dejar marcas. Utilizo taco de esponja abrasiva superfina, lana de acero, lijas de carburo de silicio al agua y limpiador de vitrocerámicas.
El mejor debastador que he utilizado hasta ahora es el de 3M, el Fast Cut Plus y el Extra Fine Plus, que me recomendó Juande y que va de lujo pero en Barcelona no he logrado encontrarlo en ferreterías y como he comentado utilizo un sucedáneo que es un limpiador de vitrocerámica (que a fin de cuentas es pulimento).
La finura de los limpiadores de vitro se comprueba con la yema de los dedos; al tocarlos se nota como unos son mas suaves al tacto que otros, dato a tener en cuenta a la hora de intentar dar un acabado fino, fino.
Una vez he realizado esta fase, cojo la maneta, mojo con agua la lija de carburo y froto. Al frotar empieza a salir aluminio mezclado con el agua. Cuanto más fuerte se frote mejor será el acabado. Según el grado de exigencia individual del acabado que queremos, se cambiarán progresivamente a lijas mas fina, llegando incluso a 2500.
Después del lijado al agua, seco la pieza y con lana de acero fina y froto suavemente para eliminar los pocos arañazos que quedan.
Para afinar y eliminar esos pequeños rasguños, le doy con lana de acero limpia y de forma muy suave. Limpio con un trapo de algodón seco y el resultado después de tanto tratamiento es muy reconfortable.
Estos Weinmann están rejuvenecidos... y han sido restaurados artesanalmente. Con tanto mimo no me extraña que le cojamos cariño a las bicicletas que operamos, aunque se resistan.