Los acontecimientos anuncian cambios inmediatos y siguiendo la premisa del piensa en positivo, hago tiempo para emprender un viajecito a Madrid. Mientras tanto y después de muchos años le he dado uso a una de esas molduras rectangulares que tenían los tragaluces de los ventanales antiguos, que recogí años ha de las ruinas de un cuartel derruído y abandonado de la benemérita que tenía cerca de casa.
Me he puesto manos a la obra para realizar un pirograbado en la vieja madera. Antes he alisado la madera, le he retirado un poco de pintura, no toda para dejar el efecto envejecido verdadero y la he nutrido un poco, ya que andaba seca con ganas. Intentando realizar la escala de los tipos a mano, he creado como buenamente he podido una réplica del título de este blog y su tipografía. Después de un rato de trabajo esto es lo que ha salido.
Quizá, si la suerte y el empeño del proyecto siguen su curso, podríamos verlo colgado en el futuro taller de rescate de bicis.
Ojalá.
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