lunes, 16 de diciembre de 2013

John Luck W400 (I)

Vamos a intentar optimizar esta John Luck, modelo W400 del año 1992, cuadro de aluminio, montada en Shimano Exage 400 LX y Deore LX, frenos cantilever SR y con horquilla de amortiguación RST 300. A primera vista, en la fotografía se aprecia que tan sólo le han cambiado el sillín y añadido el portamantas.
Si no me falla la memoria la marca John Luck se expandió en el mundo del ciclismo por la fabricación del calzado para la bicicleta de montaña y aprovechando el tirón que las BTT's tuvieron en aquellos años, se subió al carro y estuvieron produciendo bicis de este tipo durante unos años, eso sí de fabricación taiwanesa. La fábrica de calzado se encuentra en una de las localidades más zapateras de la Comunidad de  La Rioja, Arnedo. La casualidad hizo que mis primeras zapatillas con calas fueran unas John Luck de "segunda", las Juani que se las adquirí a Manolo, Campos Lorca cuando a mi Battaglin de carretera le coloqué unos pedales automáticos Miche , allá por el año 1990 que también encontré en la pequeña tienda que El Fuga, tenía por aquel entonces en la calle Alcalde Díaz Zafra, en Málaga. Eran unas zapatillas negras con varias franjas verde en los costados donde aparecía la leyenda de ese nombre (Juani) y llevaba cierres con velkro. En verdad la marca me parecía un poco rústica, pero encontrar calzado deportivo en aquellos años de mi talla, un 37, no era cosa fácil, y para empezar pensé que era suficiente... ya tendría tiempo de cambiar. Por aquel entonces, no tenía ni idea que Las Juani tuvieran relación alguna con John Luck pero el tiempo no pasa en balde, y a veces, los hilos que permanecen sueltos se anudan al conocimiento.

Las características de esta bici veterana son, sobre todo ligereza y nerviosismo a la hora de manejarla. Es una talla pequeña y antes de ponernos manos a la obra, las pocas veces que la había llevado me daba pena que fallaran los cambios, probablemente por la falta de mantenimiento y de una puesta a punto, iban pero no volvían... así que si ponía un desarrollo suave, ahí se quedaba.

Hace unos muchos meses, Mila decidió llevarla a Vitoria para darle un arreglito, limpiarla, cambiarle los cables y engrasar todo lo engrasable.

El aspecto que tenía era éste:

Bastante suciedad, grasa endurecida y seca en muchos de sus componentes que impedían su funcionamiento y la capacidad de respuesta, sobre todo al cambiar marchas y platos.

Desde luego que las hemos visto peores, y dentro de todo, la bici seguía activa y se utilizaba a menudo llevando con mucha honra a quienes montaban en ella por los caminos de La Barca de Azagra, los motarrones de San Adrián, (de los ríos Ebro y Ega), las Bardenas y otros muchos caminos de los alrededores de las ricas y fértiles tierras de la ribera del Ebro.

El color naranja fosforito ha perdido la intensidad con el paso del tiempo, sobre todo en la potencia,  los tirantes como las vainas -también naranja chillón- reflejan el matiz progresivo de su tonalidad. El resto del cuadro de color negro satinado mantiene su fuerza. Como es lógico tiene desconchones y algunas calcas están dañadas, pero fiel a su calidad el aspecto es bueno.

La pieza que nos va a dar ciertos dolores de cabeza es la horquilla, que ha perdido su capacidad de respuesta.


Y aunque su mecanismo es sencillo, ni Mila ni servidora le hemos metido nunca mano a las amortiguaciones, quizá porque no se nos había presentado la ocasión ó porque no la habíamos buscado. Esta era una oportunidad para hacerlo... 
Aparejo a lo Patxi
... pero las cosas ocurren por algo y la reparación de la horquilla de esta John Luck ha tenido un devenir con un final tortuoso, y nosotras no fuimos las encargadas de la reparación, vamos, que solo nos limitamos a desmontarla del cuadro, no la tocamos o casi... ya que cuando se desmontó según me contaba Mila (servidora andaba por Málaga) la horquilla derramó un poco de líquido por una de sus botellas, supongo que sería porque carecía de tapón y le entraría agua, ya que según tenía entendido las horquillas de aquellos años contaban con elastómeros simples y muelles. 


El primer intento para solucionar la cosa, fué intentar localizar otra horquilla pero fué en vano. El resultado de la búsqueda fué un imposible, debido al diámetro de la talla del tubo. En la morfología del cuadro, el tubo de dirección es la parte base y significativa referente para la estabilidad de la misma. En un principio se fabricaban de 1". Como es habitual, los fabricantes suelen jugar con las variedades y en la revolución del MTB éstos crearon diámetros superiores en dichos tubos, los Oversize de 1" y 1/8 que compitieron con los Superoversize de 1" y 1/4. El juego comercial (mejor llamarlo así que guerra) dejó a las Oversize dentro del mercado excluyendo a las de mayor dimensión. Este handicap del mercado hizo que muchos usuarios de bicicletas que contaban con las Superoversize tuvieran que acoplar un adaptador si querían cambiar la horquilla de 1" 1/4 a la otra más pequeña 1"1/8. 
En el mercado se siguen produciendo las de esta medida y también se pueden encontrar las de 1", además se han apuntado las horquillas con el tubo cónico, (que tienen dos medidas diferentes en la parte inferior y en la superior), pero es muy complicado encontrar las de 1"1/4. 

En su momento y buscando por la red, contacté con los de Bicibikemanía, ya que encontré el dichoso adaptador. 
A pesar que el post tenía ya unos cuantos años (del 2010), les envié un correo electrónico preguntando si tenían. No recibí respuesta. 

Buscando y rebuscando Mila tuvo la fortuna de localizar una horquilla, la RST 400.

Pero al colocarla descubrió que el diámetro del tubo no coincidía, era más pequeño (de 1"1/8). Así que hablando del asunto, en el circulo familiar bicicletero se les ocurrió hacer un arreglo: Cambiar el tubo de una horquilla a otra e insertarlo. El proceso fue muy sufrido.


Como se puede apreciar, para sacar el tubo que va a la dirección la cabeza de la amortiguación sufrió un corte irreversible. Por lo que aprecio en las imágenes que Mila me envió este tubo, probablemente podría sacarse después de desatornillarlo... pero no se hizo así, además el tubo de la horquilla fué cortado en su longitud inicial. Con todos estos detalles sobra decir que la antigua RST 300 moriría definitivamente.

Posteriormente se adaptó a la nueva horquilla un tubo mediante este proceso... digamos a lo tío Manolo.


La solución consistió es reducir el tubo y luego recolocarlo junto a una chapa al hueco de la cabeza de la horquilla. Como se puede apreciar, la cosa no garantizaba mucha resistencia y el cierre era precario, a pesar de que Mila tuviera que buscar y hacerso con unos tornillos más largos para poder abrazar y apretar la composición.

Así que el rescate de la John Luck se quedó unos meses en stand by esperando una solución que aportara seguridad.

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