viernes, 14 de noviembre de 2014

Montis (I) Una alemana en casa.


Nuria quiere una bici, y sin mucha dilación, tras mostrarle unas cuantas que andaban en el mercado barcelonés, se ha decantado por esta Montis alemana, que vimos en Cicliks a un precio asequible. Necesita un repaso de engrase y limpieza, aunque desde la tienda me la he llevado rodando.
Es ligera, y como es común en las bicis centroeuropeas lleva un cambio interno Sachs Torpedo Dreigang de 3 velocidades, concretamente el modelo 515, que es similar al modelo del que hablamos en la entrada de 25 de mayo del año pasado  el 415, pero éste, el 515 sí lleva freno trasero a contrapedal.
Los chicos de Cicliks le han colocado una palanca de cambio actual, bien me hubiera gustado que hubiera sido la de origen.. pero en fin.
Estos cambios duraderos y robustos son incombustibles y casi nunca dan problemas. Entre sus ventajas están que los engranajes van sellados dentro del cubo, con lo cual no están expuestos a los agentes externos (por ej. suciedad). El cambio se salva de colisiones ó de enganches en el caso de que se rompiera algún radio de la rueda por el lado derecho.  La cadena de transmisión no se somete a torsiones como en las bicicletas de cambios convencionales. Cuenta con la opción de realizar el cambio de velocidad con la bici parada, lo cual es práctico para una bicicleta urbana y las constantes paradas de semáforo.
Como inconvenientes tendremos que citar por ejemplo cuando se sufre un pinchazo: a la hora de desmontar la rueda, habrá que desmontar la abrazadera que va en  la vaina. Algunos ven como inconveniente el peso que este componente tiene (no son ligeros) y si quisiéramos adquirir uno nuevo, el precio es algo más elevado... aunque este valor añadido compensará a la larga el mantenimiento posterior que sí tendrán los otros componentes citados.
Por lo que Hans Bloem me contó hace un tiempo, este tipo de cambios necesita un aceite denso, no es recomendable utilizar un aceite cualquiera (ligero como un 3 en 1) ó grasa, ya que se pueden dañar los trinquetes internos. Así lo expresan también los manuales de Sturmey.  Supongo que aceite de automóvil sería el más idóneo, pero no podría confirmarlo con determinación.

Además del cambio interno, el Sturmey Archer 515 lleva freno a contrapedal como he comentado anteriormente. Ésto obliga a la persona que maneja este tipo de frenado a tomar la costumbre de posicionar los pedales en las curvas un poco antes, avanzando en sentido de las agujas del reloj, ya que al realizar esta operación en retroceso la bicicleta se frenará. También en el momento de iniciar la marcha, hay que tener en cuenta que no es posible levantar el pedal girando en sentido horario negativo, porque el freno se acciona y no se puede realizar, salvo un pequeño movimiento de retroceso de unos 15º aproximadamente.
A los pocos días de haber realizado salidas con la bici, esto que parece complejo, no lo será. Tan sólo es cuestión de hacerse con el hábito.

Dicho esto, la bici aparentemente está bien. Las líneas del cuadro junto a la forma del manillar, ofrecen una postura muy cómoda, la espalda va recta y la bici tiene una maniobrabilidad muy dócil, y además es ligera. Es de acero, las ruedas son de 700 y las cubiertas son color beige que aguantarán un año ó dos má; y como a Nuria le ha gustado el modelo que Mila le sugirió, aquí la tenemos, así que ¡¡manos a la obra!!

El cuadro en general necesita un limpiado así como los guardabarros, el cubrecadenas, el portabultos, llas llantas, la maneta del freno delantero -un Weinmann- y la herradura -Altenburger-.
En amor a la verdad es que no la han limpiado en absoluto...







Tiene mugre y telarañas...

tanta mugre, que si lo miramos en positivo, tras el tratamiento esperemos que se note la regeneración.

Aunque mirándola de cerca, opino que es excesiva. Cada negocio planifica a su manera la venta de ciclos de segunda mano, pero podrían haberla repasado un pelín, creo. Está claro que cada uno tiene su política de ventas, y ahí no entro.

Mas grasa y mugre...

Aquí un poco de lavado y abrillantado serán suficientes. De todas formas y puestas en el bonito berengenal que se avecina, engrasaré los rodamientos, así quedará mucho mejor. La idea es que la bici quede y ruede como la seda.

El plato también acumula unos cuantos gramos de mugre, le aliviaremos esa carga...

Al desmontar los conos de la rueda delantera nos encontramos con esta sorpresa, que no era tanta (sorpresa) ya que tenía un poco de holgura; en un principio pensaba que era cuestión de apretar los conos, pero no fue así: una de las jaulas de los rodamientos está rota. Toca reemplazarla.


Aquí, sobran las palabras.

Seguiremos...



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