jueves, 22 de noviembre de 2012

Como recuperar aluminio dañado y no morir en el intento

Tenemos estas herraduras de freno bajo los efectos de un ataque... de ácido y vamos a ver como podemos recuperar algo de brillo.
Ante todo y con el aspecto que presenta la herradura, un grisáceo mate y además rugoso, tenemos de desbastar la superficie y toca rascar, o lo que es casi lo mismo lijar. Depende de la infraestructura de herramientas que tengamos en casa, como mínimo necesitaremos lijas varias, agua, estropajo de aluminio y desbastador. Si estamos más equipados y poseemos medios mecánicos, un taladrador con un cepillo de latón para rascar los daños superficiales nos vendría bien. Si hay en casa taladrador y no tiene mucha antigüedad podremos utilizarlo regulando las revoluciones del mismo para hacer el trabajo. El que tengo en casa, un Casals con más de 20 años edad, no lo tiene y no me sirve, o más bien preferimos no dañarnos ó perder alguna falange. Igual hay quien lo utiliza, pero no lo recomendaría por el peligro del exceso de revoluciones ante piezas pequeñas, para más inri.
Si tuvieramos tornillo de mesa, atrapariamos el despiece de la herradura en él y comenzaríamos con el proceso de lijar, tambien así evitamos daños colaterales en los dedos y no nos molestarán las manos tanto como si el trabajo lo hiciéramos puramente a mano. Es una forma más, cada uno que elija el que prefiera.
 

Como estamos en la zona norte, tenemos materiales para ejecutar la solución, pero no todos. Así que se nos ha ocurrido ir en busca de una multiherramienta de esas pequeñas, tipo Dremel, y veremos si la cosa va bien. No tiene un gran potencial de trabajo, pero sí nos ayudará a conseguir lo que pretendemos, al menos eso es lo que creemos.
Mientras tanto nos lanzamos a lijar y lijar, para eliminar esas rugosidades primero. Dado el aspecto que presentan, nos tememos que vamos a necesitar prestarle mucha dedicación y sobre todo, paciencia en el proceso.
 

Como novatas en prácticas que somos, no conocemos a fondo los trucos de los procedimientos que utilizan los profesionales (sin contar productos y herramientas especiales, claro) para lo que se le llama lijar al agua. Necesito recordar lo que mi tío contaba a sus hijos cuando preparaban los autos para pintar, coches de los años 80 y anteriores, ya que por aquellas décadas la flota automovilistica no era tan moderna como en la actualidad, e igual reparaban un Talbot Horizon que un Citroën GS, un Seat 133 ó un Renault 12. En algún rincón de la memoria tengo que tenerlo guardado, haber compartido mi infancia con chapistas, mecánicos y pintores de automóviles no ha de caer en saco roto, digo yo. Cuando realice la consulta del lijado al agua, que creo recordar era más bien sencilla, intentaré contarlo más detenidamente.
Para esta tarea, lo que si sabemos es que hay que comenzar con lijas gruesas y también sabemos que existen lijas para madera, plástico, metal y para metales duros y blandos. También conocemos que cuanto menor sea el número de referencia que aparece en el reverso de la lija más dura será, más grano tendrá y rascará más en bruto. Pero nuestra realidad es que tenemos dos tipos de lija en tacos de esponja para no destrozarnos los dedos, estropajo, abrasivo-pulidor y lana de acero. Después de hacernos con un acopio de los materiales básicos citados también nos hicimos con esta multiherramienta, que en un principio pensamos que podría ayudarnos.
 

Pero no fué así, no por falta de accesorios, sino porque nos vimos obligadas devolverla dos veces. La primera porque la caja venía incompleta y el botón de desbloqueo no existía, la segunda porque el regulador de velocidades era como si no existiera. Es lo que tiene el error/acierto insisto, y en este caso puede que por tener un origen asiático (ya sabemos cual) y no pasar los pertinentes controles de calidad que pasan otros productos made in CE (Comunidad Europea).. y molaba porque tenía un pie para colocar la maquinita, pero no fué posible. Abandonamos los centros comerciales del bricolaje y terminamos pillando otra maquinita (del mismo origen de la anterior pero de otro fabricante) y empezamos a rascar con ella. Lamentablemente la Dremel por lo pronto está fuera de nuestro alcance, todo se andará. 
Tras rascar concienzudamente fuimos logrando que ese color plomizo se fuera tornando al brillo aluminio, los resultados fueron estos. Cabe resaltar que es recomendable utilizar una mascarilla para realizar estos trabajos, ya que lo que se va rascando lo respiramos y nuestro filtro nasal es como un absorbedor y lo notaremos al sonarnos la nariz. Al recoger el brico trabajo de lijado vemos en el suelo un montoncito de mini virutas de aluminio, hay que tener el cuenta que es mejor no respirarlas, insisto.
Con las herramientas que tenemos aquí, el resultado no está mal, aunque es mejorable. Seguramente cuando bajemos al Sur, en nuestro taller de principiantes, terminaremos de darle hasta conseguir el resultado que merecen.
Asi andaban
Mate honorifico


Por fin algo de brillo
En resumen, hay que ir utilizando lijas de mayor a menor grosor y no perder la paciencia. Echar pulimento cuando se estén utilizando lijas medias (así rascará más). Rascar con lana de acero y pulimento, para desbastar más. La mezcla al rascar se tornará grisácea (es aluminio que se pierde con la fricción) y la pieza quedará mate pero con menos rugosidad. Luego con las lijas finas continuar lijando hasta que aparezca el brillo. 
Si teneis multiherramienta, utilizar lijas medias y jugad con el regulador de potencia. Si echais pulimento cuidado con los salpicones del líquido (saltarán por todos lados si echáis mucho); después suavizar el metal con lijas mas finas y finalmente, si la cosa sale bien, proceder a frotar con el rulito de microfibra para abrillantar impregnado con un poco de pulimento.  

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