jueves, 20 de noviembre de 2014

Montis (II). Trabajo terminado

Ya hemos revitalizado con limpieza el juego del freno delantero.

Asímismo se ha beneficiado el plato que vuelve a lucir... y pesa menos.

Reavivamos el brillo de la pintura del cuadro, lavando y frotando con cera el chasis, que salvo alguna marca de uso que lo ha desconchado, vuelve a lucir un bonito rojo granate metalizado. La tornillería cuando toma su color metálico aporta más viveza al conjunto de la fahrrad.

Las marcas de pintura estaban sobre todo en la parte trasera del cuadro, y el piloto era el mas perjudicado. Con un buen baño de agua y detergente con quita grasa y frotando suave (para no arañar el plástico), salió todo. No fué necesario disolvente.
Descubrí que la bici lleva cableado por el interior y que se conectaba a una  dinamo (ausente) que tiene su soporte en la parte derecha. Se podría colocar un piloto delantero, sujeto en la herradura de freno, que tampoco lleva y buscar una dinamo. Con una pinza encontré el cable que estaba dentro del cuadro y si lo empalmara, conseguiría que la bici tuviera iluminación. Para ello tendría que reponer la bombilla del piloto trasero que tampoco iba bien, ya que se separó el cristal del cuerpo metálico roscado. Así que la bici, por ahora, va sin luces. 

Las llantas han quedado preciosas y conservan su cromado. No es una marca muy conocida en estos lares, Schürmann, aunque por lo que he conseguido averiguar, la fabrica sigue en activo y fue creada por Fritz Schürmann en 1929, que empezó su andadura pintando cuadros de bicicletas en su propio taller, luego amplió su tarea trabajando  para otras empresas en el pintando guardabarros y llantas.
 En 1945 siguieron los hijos de Fritz (Kurt y Werner) con la empresa que seguía creciendo y comenzaron a fabricar ellos mismos llantas cromadas para motos, bicis y motocicletas, y realizando galvanizados.  En el año 1979, a los 50 años de iniciar la singladura empresarial, ya habían fabricado más de 100 millones de llantas. En los años 80 comenzaron a producir llantas de aluminio y la expansión continuó siendo uno de los principales suministradores de llantas en la mayoría de los fabricantes de bicis en Alemania y exportando.

Hoy día la empresa sigue fabricando llantas bajo la dirección de los nietos del fundador.

Los bujes son Wagner. No he conseguido localizar nada de este fabricante al respecto.

Y aquí detalle curioso de la bici. Lleva dos cámaras con válvula tipo Dunlop ó wood valve, que tampoco nos suelen ser muy familiares por estos lares. Estas poco conocidas válvulas, te pueden poner en un aprieto a la hora del inflado si no tienes a mano el adaptador, ya que te puedes quedar sin presión en las ruedas en un santiamén.

El racor adaptador es este, y se acopla al bombín (mancha ó inflador) ó en los surtidores de aire que hay en las gasolineras.
Por ello si quieres inflar la rueda en la calle, por si surge algún imprevisto, habrá que llevarlo encima. También esta pequeña herramienta es útil a la hora de inflar las ruedas en las gasolineras para las bicis que cuentan con las válvulas tipo Presta (la fina), porque sin él tampoco podrán inflarse. El beneficio de las Dunlop comparándolas con las Presta al inflar con el bombín es la imposibilidad de doblar el vástago de cierre de la válvula. Al inflar con el bombín, y en un descuido se puede doblar el cierre de la válvula o te puedes quedar con el en la mano cuando lo desenroscamos demasiado. Aún así, estamos más acostumbrados a utilizar Presta, ya que la válvula Dunlop es rara verla por aquí. 

Los que andamos cerca de las bicicletas recordaremos esa pequeña gomita que traían las cajas de parches, y que muchos tardamos en aprender para que servían (no para extender el pegamento aunque me sé que más de uno le ha dado ese empleo). 
Pues bien, ese tubito sirve para el vástago de la válvula tipo Dunlop que una vez insertado ayuda a inflar la cámara, el aire hace luego su trabajo y la propia presión que ejerce hacia fuera hace que se cierre y el aire no se escape. En el gráfico de la derecha se muestra como funciona una válvula Dunlop por dentro.

Y aquí van las imágenes de la Montis una vez  terminada.
Haciendo una comparativa, como se aprecia no estaba tan mal, pero lucir luce mucho mejor.

Ahora se ve con mas pulcritud el sistema trasero de cambio y freno Sachs Torpedo.

Vista del freno desde abajo.

Zona eje de pedalier, pedales y guardabarros.






Torpedo limpito y guardabarros y portabultos saneados.















Para hacer resaltar los relieves del aluminio en el guardacadenas me he esmerado en el abrillantado con lija 2500, y el resultado no se aprecia mucho en la fotografía, pero algo creo que sí.

Una vista delantera con el cable de freno aún sin cortar.

Visión global

Y por fin... en manos de Nuria.

¡¡Muchas gracias por confiar en nosotras!!

viernes, 14 de noviembre de 2014

Montis (I) Una alemana en casa.


Nuria quiere una bici, y sin mucha dilación, tras mostrarle unas cuantas que andaban en el mercado barcelonés, se ha decantado por esta Montis alemana, que vimos en Cicliks a un precio asequible. Necesita un repaso de engrase y limpieza, aunque desde la tienda me la he llevado rodando.
Es ligera, y como es común en las bicis centroeuropeas lleva un cambio interno Sachs Torpedo Dreigang de 3 velocidades, concretamente el modelo 515, que es similar al modelo del que hablamos en la entrada de 25 de mayo del año pasado  el 415, pero éste, el 515 sí lleva freno trasero a contrapedal.
Los chicos de Cicliks le han colocado una palanca de cambio actual, bien me hubiera gustado que hubiera sido la de origen.. pero en fin.
Estos cambios duraderos y robustos son incombustibles y casi nunca dan problemas. Entre sus ventajas están que los engranajes van sellados dentro del cubo, con lo cual no están expuestos a los agentes externos (por ej. suciedad). El cambio se salva de colisiones ó de enganches en el caso de que se rompiera algún radio de la rueda por el lado derecho.  La cadena de transmisión no se somete a torsiones como en las bicicletas de cambios convencionales. Cuenta con la opción de realizar el cambio de velocidad con la bici parada, lo cual es práctico para una bicicleta urbana y las constantes paradas de semáforo.
Como inconvenientes tendremos que citar por ejemplo cuando se sufre un pinchazo: a la hora de desmontar la rueda, habrá que desmontar la abrazadera que va en  la vaina. Algunos ven como inconveniente el peso que este componente tiene (no son ligeros) y si quisiéramos adquirir uno nuevo, el precio es algo más elevado... aunque este valor añadido compensará a la larga el mantenimiento posterior que sí tendrán los otros componentes citados.
Por lo que Hans Bloem me contó hace un tiempo, este tipo de cambios necesita un aceite denso, no es recomendable utilizar un aceite cualquiera (ligero como un 3 en 1) ó grasa, ya que se pueden dañar los trinquetes internos. Así lo expresan también los manuales de Sturmey.  Supongo que aceite de automóvil sería el más idóneo, pero no podría confirmarlo con determinación.

Además del cambio interno, el Sturmey Archer 515 lleva freno a contrapedal como he comentado anteriormente. Ésto obliga a la persona que maneja este tipo de frenado a tomar la costumbre de posicionar los pedales en las curvas un poco antes, avanzando en sentido de las agujas del reloj, ya que al realizar esta operación en retroceso la bicicleta se frenará. También en el momento de iniciar la marcha, hay que tener en cuenta que no es posible levantar el pedal girando en sentido horario negativo, porque el freno se acciona y no se puede realizar, salvo un pequeño movimiento de retroceso de unos 15º aproximadamente.
A los pocos días de haber realizado salidas con la bici, esto que parece complejo, no lo será. Tan sólo es cuestión de hacerse con el hábito.

Dicho esto, la bici aparentemente está bien. Las líneas del cuadro junto a la forma del manillar, ofrecen una postura muy cómoda, la espalda va recta y la bici tiene una maniobrabilidad muy dócil, y además es ligera. Es de acero, las ruedas son de 700 y las cubiertas son color beige que aguantarán un año ó dos má; y como a Nuria le ha gustado el modelo que Mila le sugirió, aquí la tenemos, así que ¡¡manos a la obra!!

El cuadro en general necesita un limpiado así como los guardabarros, el cubrecadenas, el portabultos, llas llantas, la maneta del freno delantero -un Weinmann- y la herradura -Altenburger-.
En amor a la verdad es que no la han limpiado en absoluto...







Tiene mugre y telarañas...

tanta mugre, que si lo miramos en positivo, tras el tratamiento esperemos que se note la regeneración.

Aunque mirándola de cerca, opino que es excesiva. Cada negocio planifica a su manera la venta de ciclos de segunda mano, pero podrían haberla repasado un pelín, creo. Está claro que cada uno tiene su política de ventas, y ahí no entro.

Mas grasa y mugre...

Aquí un poco de lavado y abrillantado serán suficientes. De todas formas y puestas en el bonito berengenal que se avecina, engrasaré los rodamientos, así quedará mucho mejor. La idea es que la bici quede y ruede como la seda.

El plato también acumula unos cuantos gramos de mugre, le aliviaremos esa carga...

Al desmontar los conos de la rueda delantera nos encontramos con esta sorpresa, que no era tanta (sorpresa) ya que tenía un poco de holgura; en un principio pensaba que era cuestión de apretar los conos, pero no fue así: una de las jaulas de los rodamientos está rota. Toca reemplazarla.


Aquí, sobran las palabras.

Seguiremos...