sábado, 4 de abril de 2015

Decapado de la Zubero

Aprovechando que estaremos unos días en Navarra me he llevado el cuadro de la Zubero y el material necesario para decaparla. Dias antes en una visita a Velociutat y comentando el plan de eliminar la pintura que tenía para la Zubero con Carles, éste me sugirió que preguntara en una droguería de las de siempre que está en la manzana de al lado de su tienda, y sí, allí encontré decapante en gel.
Para realizar la labor necesitaré: paciencia, gel, brocha, cepillos de púas, espátula, rascador de vidrio, lijas y guantes.  Mi intención es hacerlo en una jornada y conseguir que el cuadro quede sin restos de pintura alguna, con el metal al desnudo. 

Aquí la paciente a decapar

El modo de empleo que ejecuté hace poco mas de dos años con la Bh Gacela (vease aquí) es el mismo, aunque el decapante que utilicé en su momento es de diferente marca espero que este sea igual de eficaz. Recuerdo que a los pocos instantes de extender la melaza con la brocha la pintura iba transformándose en una gelatina rugosa, con este decapante de la casa Titan esa reacción es un poco más lenta pero también la pintura se despega. 
Para ir eliminando las tiras de pintura el rascador es el mejor aliado y en las zonas de los racores los cepillos de púas rascan los recovecos. 
Después de un buen rato de trabajo en algunas zonas ya ha salido toda la pintura y la base de imprimación, y en otras zonas es necesario repetir la operación de nuevo con la brocha. Así que le paso a los tubos del cuadro mas decapante y a esperar a que reaccione.

Con las calcas y los adhesivos los geles son lentos ya que las láminas de plástico impermeables se degradan menos con el compuesto del decapante, pero poco a poco salen. En la imagen de la derecha se aprecian zonas con pintura que son justo las que tienen adhesivos y calcas.
Me ayudo para afinar el trabajo con lija flexible (la que va en una esponja) que quedará inutilizada después de la tarea.
Para eliminar las pequeñas manchas que las tuberías tienen será necesario lijar con mas fuerza hasta que desparezcan. 
Está claro que este trabajo se hace en la mitad de tiempo con un taladro, pero este no es el caso... aun sigo realizándolas manualmente.

A media tarde el trabajo ya está terminado.

Se aprecian con detalle las soldaduras amarillas (probablemente se hicieran con bronce) y la belleza del ensamblaje de los tubos en los racores.


El tubo del eje de pedalier tiene una rugosidad peculiar, quizá debido a la abrasión de un ácido (no es del decapante).

Mas detalles de las soldaduras en el eje del freno trasero.


Y este es el brillo final tras una pasada más intensa en la tubería.


Ahora viendo la transformación de la Zubero comienzo a confiar en que la pequeña bici va a quedar bien... aún le queda.

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