sábado, 25 de mayo de 2013

Catálogo Sachs Torpedo 415


Después de rebuscar en la red, he encontrado este catálogo donde poder ver todas las piezas desmontadas, lamentablemente sólo he localizado el que está en alemán, aunque gráficamente se aprecia lo interesante.

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viernes, 24 de mayo de 2013

Desmontaje de Torrot

En el post del pasado mes de Marzo, detallamos en imágenes este pequeño amasijo de óxido pegado a esta bicicleta que ha vivido duramente en el campo unos años.

Tras indagar en diversos lugares de la ciudad en busca de un lugar donde pudieran hacer cromados o niquelados sin éxito, vamos a desmontarla con la intención de animarnos y tratar de conseguir algo con esta criaturita.
Cabe la esperanza de encontrar un lugar donde podamos cromarla, pero hasta ahora no hemos encontrado ningún lugar económicamente asequible o como comentamos en el post de referencia, darle algún arreglo para que pueda rodar de nuevo.
La pequeña Torrot tiene un cambio interno incombustible, según dicen, Sachs Torpedo, y dentro de mis objetivos es aprender como va la relojería interna de este componente. En el siguiente post, colgaré en pdf el despiece del mismo. Para desmontarlo, y segun he apreciado, se necesita una herramienta y ya será cuestión de tiempo poder localizarla, aunque me temo que no será tarea fácil.

Para eliminar los óxidos aun no hemos probado con el ácido oxálico, y puede que sea una buena oportunidad para estrenarnos con él. Veamos pues su estado más de cerca.

Su color inicial era blanco y ahora el anaranjado óxido está en todas partes.

Rejilla cubreplatos era cromada
Frenos Olimpic 68
El estado en general: Tija, manillar, guardacadenas, pedales y plato es algo más que regular.

Y las calcas han resistido como han podido, perdiendo la mayoría (como no) sus colores originales.



Alguno de los cromados no estan tan castigados...
 

El cambio interno Sachs Torpedo 45
 

Y aquí el cuadro una vez desmontado todo.




















Torrot al despiece

Hacemos una exposición del género para tener no dentro de mucho tiempo ese impulso que esta bicicleta espera pacientemente y necesita. 
Veremos que hacemos... ¿alguna sugerencia?

jueves, 16 de mayo de 2013

Orbea Luarca al norte

Mientras en el Sur vamos rodando en esto de rescatar bicis, en el Norte concretamente en Vitoria, parte del equipo de Le Vélo Calme camina en la misma senda. Y es que esto de las bicis, ya saben (o si no es cuestión de probar), es como un platito de frutos secos: cuando lo tienes delante es cuestión de empezar y... no parar.
Pues bien, Mila que también sufre (o disfruta) este padecimiento, se dispone a rescatar la Orbea Luarca de una amiga, para que vuelva a rodar con más brío y brillo por las calles de la coqueta ciudad de Vitoria, quizá la ciudad con más veteranía en el transporte rodado no contaminante y, sin duda, la ciudad más verde. Es una gozada pasear en bicicleta por esta ciudad, con tanto carril bici y muchas sendas ciclables en los parques urbanos que la circundan. Muy valorable, desde el punto de vista de una forastera, la cantidad de emplazamientos repartidos por la ciudad para aparcar la bicicleta, cosa que incentiva además de los carriles bici, a moverte con este medio por ella.

Facultad Educación Física. Vitoria
La bici de Amaia, está en plenas facultades, pero le vendrá bien un reenlucido de sus componentes y Mila se dispone a ello; aunque tiene pocas herramientas, las ganas de renovarla no podrán con ella y su objetivo es desmontarla y darles un nuevo aire a la bici, cambiar cableado, engrasar, o sea, rejuvenecerla y hacer que ruede más ligera.
Nada mejor para desenvolverse y familiarizarse más con las bicis que desmontarla... ¿quien dijo no?

En un principio los cromados presentan pequeñas picaduras, y mucha grasa seca en muchas partes que afea el conjunto. El cuadro, en general está en buen estado, salvo zonas con óxido que han hecho saltar la pintura sobre todo en las punteras, como suele ser habitual.

Aquí veremos en detalle la Orbea Luarca y su estado.




 
                                  


La presencia de óxido es inevitable. Y quizá, debido a las nevadas parece que hay salinización (no sólo hay sal en las zonas costeras); de todas formas, según me han contado la bici antes de vivir en Vitoria residió en un pueblo costero, Peñíscola, de ahí que mis sospechas tuvieran cierto fundamento.


 




Montada con desviadores Simplex, esta bicicleta de los años 80, prima hermana de otro modelo lanzado por la cooperativa en aquellos años, la Donosti; ambas son bicicletas urbanas (o de paseo) por excelencia, robustas y sencillas con ruedas de 700, y diez velocidades. Aquí en detalle está el catálogo Orbea de los años 80.


Detalle maneta freno Olimpic 68
 
Detalle plato
Cinta plástica

Estaremos pendientes, desde el Sur de los avances que Mila irá realizando en esta bicicleta con más de 30 años, y con un poco de suerte podré verlos in situ.

jueves, 9 de mayo de 2013

Super Cil. Trabajo terminado

Montamos la Super Cil poco a poco y alucinamos lo agradecida que es esta pequeña bici robusta. El manillar renovado, si comparamos con su estado inicial; el cuadro, que luce con sus huellas del tiempo ese rojo bonito, ahora con mas brillo; los guardabarros (aunque el delantero más afectado) recuperan gran parte de su esplendor cromado. En general estamos contentos, aunque eso sí las pequeñas picaduras ahí están, pero bueno, se trata de que la bici vuelva a rodar por las calles y no quede ahí arrinconada... tras esos X largos años presentimos que está contenta.
Hemos encontrado unas cubiertas idénticas (aunque en amor a la verdad, tienen un pequeño abombamiento en el aro que hará buscar otras no en mucho tiempo). 
 
Siguiendo el consejo que Reciclone nos dejó en uno de sus post maestros, damos un pequeño "repaso disimulador" a la parte del cromado del guardabarros delantero, humedeciendo en un trapo pintura Titan color aluminio y pasandolo por encima suavemente, y al menos conseguimos que se cubran las pequeñas motas de óxido. Habiamos intentado encontrar un sustituto, pero una vez mas, nuestra falta de pericia en la localización de material clásico, nos hizo desistir y dejar el original, que tampoco está tan mal...aunque le falta el piloto reflectante al guardabarros delantero con este agujero, tipo flauta de Bartolo.
Aros, bujes y radios en su antes y después, aquí Juande se ha lucido y ha quedado muy relucido el resultado (es un máquina).



Vemos la evolución del proceso intensivo de mimos y cuidados; descubrimos así que las bicis resisten el paso del tiempo, a pesar que la vista, a menudo nos indica aquello de... está hecha polvo: Pues va a ser que no, oiga!!

Es curioso el vínculo que se crea cuando regeneras, reactivas, reciclas, restauras, rescatas ó resucitas una bici (llámese como guste), pero con R.

Cambios en el manillar potencia


Comparamos cuartos traseros
...Y buscamos defectos, así somos
A falta de cableado, casi lista
En el trípode
 Para terminar la Super Cil aún tenemos que montarle, fundas, cables, tacos de freno y luego otros detallitos más. La funda trasera va por el interior, y nos cuesta un poco de trabajo guiarlo. Tomamos nota para encontrar algún truco para hacerlo más fácilmente, pero al final lo conseguimos; Se nos atascó en la curva del interior del cuadro. 
Al ser una bici plegable hay que tener en cuenta que hay que dejar funda suficiente a la hora de ejecutar el plegado. 
Nos falta colocar el reflectante trasero, ya que seguimos pendiente de encontrar el otro, acorde, con el delantero, pero no aguantamos más y la sacamos a pasear para probar cómo rueda la benjamina.




 












Hay un personajillo especial que creemos que va a dar sus primeras pedaladas en esta bici; se está cociendo la cosa, veremos...


Maneta y puños renovados

Detalle zona eje pedalier

 ¡¡Aquí la tenemos!!
Esperemos que os guste, será un placer leer vuestras opiniones.

jueves, 2 de mayo de 2013

Limpieza componentes Super Cil y experimento con ácido fosfórico

Resuelto el problema de la chaveta, bulón ó pasador y localizado ya los repuestos, seguimos con el resto de los componentes.
Las herraduras de freno de la bici son de un material básico, con un cromado mínimo y de calidad, digamos, simple. Los aros de las llantas también tienen picados, aunque este material parece mejor; vamos a lavarlos y a quitar con lija fina los óxidos para dañar lo menos posible el cromado.
Hace unos días Juande ha localizado en las catacumbas de su curro cierto tipo de ácidos. Llevamos meses leyendo y releyendo los tratamientos que se les da a los metales afectados por óxido. Hemos paseado por Polígonos Industriales a ver si localizabamos algún producto y ampliar datos (ideas) que hemos catalogado al respecto. Y no se si no sabemos preguntar ó que las respuestas que nos ofrecen ya las tenemos; no por nada, sino porque antes de preguntar hemos leído y releído, también hemos aprendido de lo que nos han enseñado, entre otros, restauradores, químicos y forjadores.
Sabemos poco, ojo, somos conscientes que la senda acabamos de iniciarla, pero aprender no ocupa lugar -más bien enriquece- y tenemos que aprovechar las posibilidades que nos ofrece el poder comunicar cosas en el sentido bidireccional. Como dicen en India "si tu contento, yo contento". 
Con respecto a los ácidos sabemos que su labor desoxidante en metales es un arma de doble filo, si nos referimos al efecto acción/reacción. La descomposición química con la pérdida enlaces de oxígeno hace vulnerable al metal y por tanto aunque desoxide éste queda debilitado frente a los agentes externos, donde lógicamente la presencia de oxígeno está presente.
Mila probó con el ácido oxálico en los componentes de la Motoretta y el resultado fue bueno (a pesar de cometer del error lapsus -colar aluminio entre los materiales que se sumergieron en él-). A la vista la tenemos la Motoretta y el metal se mantiene intacto. De todas formas a estos metales se les dió una sesión posterior de brillo con pulimentos varios, los cuales -supongo- han creado una capa protectora.
Juande ha realizado un ensayo previo con esta pieza de hierro sumergiendola en el ácido fosfórico descubierto.

Al cabo de unos minutos, la capa de óxido se va diluyendo hasta el punto de dejar el metal pelado.

Por lo que se aprecia este ácido es bastante corrosivo, casi diría que actua con tanta fuerza en el metal como el aguafuerte (ácido clorhídrico) pero menos peligroso. Le comento que tenga cuidado y no mezcle con otros ácidos (él lo sabe, y confío en que no la va a líar parda, pero por precaución se lo comento). Puesto en faena, traerá al local una muestra para hacer ensayos.

Mi idea es probar con algún material sumergiéndolo un rato, luego haremos una pequeña neutralización con agua y posteriormente un bloqueo con bicarbonato sódico que es un base. Probamos con el borde de una varilla de portamantas...

Al manipular ácidos, las pruebas se han de realizar en locales ventilados y con las lógicas medidas de seguridad, léase guantes, espacios amplios suficientes para evitar derrames y si fuera necesario, mascarilla. 
En el caso de este ácido notamos un fuerte olor cuando sumergimos el metal; libera gases en forma de burbujitas activas. 
De hecho el ácido fosfórico en cantidades bajas se utiliza en la elaboración de bebidas no alcohólicas, es un aditivo cuya nomenclatura es E-338

Creo que esa pequeña porción que contiene la bebida refrescante estrella entre sus ingredientes da, en cierto modo, respuesta a la leyenda urbana del poder desoxidante de ésta.
Esta prueba -la de la Coca Cola- ya la hicimos en este  post cuando andaba con los tornillos del guadabarros de la Gacela, dejando constancia con imágenes de su poder no tan milagroso
Sin embargo, cuando al metal le damos un ataque brutal concentrado de este ácido, el resultado es este.

Probamos con los tacos...

 
Manipulamos con mucho cuidado: Guantes y alicates, que por cierto estaban oxidados y quedaron limpios peeerooo al no ponerles un tratamiento neutralizante se recubrieron en un par de días de una fina capa de óxido. Lijamos y aceitamos para protegerlos y se mantienen perfectos.

 Hicimos lo mismo con los tornillos... ¡¡¡inmersión!!!

Neutralización con agua y bicarbonato en disolución. Previamente los habíamos enjuagado bajo el chorro de agua.

  Resultado:


Comparativa:
A la vista queda el resultado que da el tratamiento, eso sí la composición externa de los materiales (a nivel molecular) ha sido alterada y una capa de pulimento (ceras) es necesaria para protegerlo. Hay quien prefiere darle una fina capa de laca (barniz, para hacerlo más estanco, a cambio de una mínima pérdida de brillo). A la tornillería le damos un bañito de grasa ó de aceite también.

Entusiasmados nos lanzamos al espacio sideral y le metemos mano a las manetas y a los pedales.



Pasados unos días, a pesar del tamaño del local, al abrirlo se notaba el aroma que el ácido desprendía. Esto fue a causa de dejarlo en una cubeta al descubierto. Es obvio que los restos del ácido hay que envasarlos y depositarlos cuando acabemos el trabajo en algún punto limpio, ya que es un producto contaminante.

Reciclemos, aprovechemos y reavivemos piezas y bicis, sí... pero no contaminemos el medio ambiente para poner en marcha un vehículo con un impacto ambiental mínimo; sería una paradoja tremenda.

Ya le queda menos a la Super Cil!!