miércoles, 19 de febrero de 2014

Orbea Garbi (II) Manos a la obra


Empezamos desmontando los componentes y me empleo con las herraduras de freno. Las lavo con detergente de lavavajillas y estropajo marrón y un poco de  Kh7, de esta forma quito la grasa seca y la suciedad que esconde, y a la vez "protege" el aluminio.

Luego seco con un trapo y froto con lana de acero y limpiador de vitrocerámica para que el brillo del aluminio muestre que sigue siendo joven. Las herraduras son agradecidas y tras un rato de cuidados dan fe de que pueden seguir ofreciendo sus servicios de frenado. Para eliminar arañazos en el aluminio uso varias lijas para metal 500, 800, 1000 y 2000 para que quede más depurada la superficie-

Después del trabajo y salvo algún tornillo, las herraduras están bastante bien.

Luego continuo con los pedales y, como era de esperar, el pedal que carece de tapa ha perdido bolas de rodamientos, así que lo desmonto al completo y le coloco las bolas nuevas. No creo que me sea fácil encontrar una tapa, pero lo intentaré. Para sacarlo lo coloco en el pequeño tornillo de banco que tengo y desmonto el eje del pedal y con las llaves de boca desbloqueo el eje y con cuidado lo saco evitando que los rodamientos del interior y del exterior se salgan.

Las marcas exteriores de rozaduras también las he tratado de eliminar en la medida de lo posible utilizando las lijas de 500 a 2000 y lana de acero para que esos raspones y arañazos desaparezcan en la medida de lo posible.

Hay quienes utilizan medios mecánicos para dejarlos espejo, pero hasta ahora mis trabajos siguen siendo a mano, a excepción de una pequeña multiherramienta, tipo Dremmel que a veces utilizo para eliminar óxido de tuercas muy fastidiadas.

Los pedales también se dejan y el resultado tras emplear el mismo proceso que en las herraduras, el cambio se nota; además están como la seda al haber engrasado y añadido rodamientos internos.


Después de limpiar el resto de los componentes (léase desviadores) con detergente y luego engrasarlos
El sillín necesitaba ser ajustado por la nuez, el hecho de que se saliera dejando la tija libre era un peligro... creo.  Limpio y abrillanto un poco el cuadro, que presenta buen estado, salvo los desconchones del golpe y alguno que otro de uso y edad.

Toca resolver un problema sorpresa. Cuando desmonté la rueda trasera, el eje sale por dos lados  está roto. Así que toca sustituirlo.


Tras localizar el sustituto intento montar las rueda trasera y aparece la segunda sorpresa, una de las punteras traseras está torcida y no tengo forma de ponerla rueda. Intuyo que esta torsión puede estar provocada por el trompazo que la bici tuvo en su momento, pero es una conjetura.
Intento forzar haciendo palanca en la puntera rectificar un poco su torsión y nada, la puntera ahí seguía rebelde. También probé intentando abrir los tirantes un poco más para que el eje se aloje pero todos mis esfuerzos son infructuosos. No tengo una barra que me ayude a estirar, aquí me faltan herramientas y maña.

Al no verme capaz de colocar la rueda, le consulté el problema a Monsieur Vélo y le llevé a la enferma a su tienda-taller. No fué fácil, pero forzando hacia fuera los tirantes finalmente el eje de la rueda entró. ¡¡¡Gracias Fer!!!
Ahora que las ruedas están montadas, con sus respectivos bujes engrasados y renovado el de la rueda trasera, falta colocar cables y fundas nuevas para que los cambios vuelvan a realizar su función y en los frenos también, pastillas incluídas.



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