jueves, 5 de junio de 2014

Enganche disuasorio versus pseudo candado

Tenía previsto hace meses meterle mano al reciclaje de cámaras y cadenas viejas y como a esta Orbea veterana que tengo entre manos le han regalado un Brooks, he aprovechado la oportunidad de emplearme en aprendiz de artesanía vulcanizada. Años han pasado después de mis primeros trabajitos estivales y en navidades en los hippies, como les llamaban antes (y ahora en muchos sitios) a los puestos ambulantes donde principalmente se venden artículos de Nepal, India e infinidad de abalorios elaborados a mano por manos exquisitas artesanas de aquí y otros muchos artículos importados de Asia como he comentado.

Este candado disuasorio antirrobo, al igual que muchos otros elementos metálicos que abrazan nuestras preciadas bicis, no alcanza niveles de seguridad notables; sino que tan sólo intenta hacer que la labor de los ladrones freelances sea un poco más compleja. 
Los candados elaborados con hilo de acero trenzado también se rompen sin mucha dificultad, -al igual que esta creación que os detallaré- ya que son frágiles si el cortafríos, la herramienta favorita de los cacos, se pone en funcionamiento.

Los materiales que empleo para hacer este enganche son además de un martillo que no aparece en la foto:
Una cámara, cadena, tijeras, destonillador plano, madera y una aguja de zapatero (comprada en los chinos).

Con la madera como soporte y una vez realizada la medida del largo de la cadena, dejando un poco de margen para poder regular el sillín un poco más de nuestra medida, cortamos la cámara a lo largo y ancho.
Utilizaremos el martillo y el destonillador para taladrar la cámara y crear lo que serán los pespuntes. El largo del hilo será aproximadamente el doble de largo que la longitud del "enganche disuasorio"; yo usé dos hilos que recosí por dentro en la costura mientras lo elaboraba. 
He observado en otras muchas bicis que esta versión de enganche no va forrado, pero de esta forma la cadena va algo más protegida y el óxido no manchará nuestro cuadro (o si lo hace tardará más en hacerlo) ni tampoco arañará la pintura.


La distancia entre pespuntes es similar al grueso del hilo y los hice martilleando un destornillador apoyando la cámara sobre una madera.

Una vez taladrado todo el largo, toca el cosido. Lo realicé intentando que el hilo no se anudara, de esta forma el acabado queda más curioso.

Una vez cosido todo, la cosa queda así

Con respecto a la cadena, dejo en un extremo el eje central para que proceso de cierre con el tronchacadenas sea mas fácil y aunque se puede hacer con un clip de enganche, si de lo que trato es de reciclar lo descarto, aunque también se puede hacer así, como otra opción para acelerar la elaboración.
Los últimos dos pespuntes los dejo sin hacer, para coserlos una vez he acoplado el "enganche disuasorio" en la guía del sillín y el tirante de la bicicleta.

Pliego los extremos de la cámara que imbricaré después para proteger del todo la cadena una vez quede cerrada, así como hago un nudo en uno de los extremos del "hilo de cámara", para que no se deshilache.
En el otro extremo de la costura el forro-cámara, aún lleva la aguja enhebrada con hilo de cámara para terminar de coserlo una vez montado.

El trabajo una vez terminado queda así. 

En esta Orbea me han pedido no uno, sino dos enganches y la cosa, en conjunto, tiene este aspecto.

Estos aseguradores que parecen dos morcones finos, insisto, no son infalibles, pero me atrevo a considerarlos como el título de este post, enganches disuasorios. Ojalá que la intención que se persigue con este intento sea para que este sillín se haga viejo en esta bici urbana. Ya veremos...
Estéticamente no es la panacea pero, opino, la intención es lo que cuenta y la seguridad que aporta es parecida al de las pequeñas cadenas de acero trenzado
Nosinmibici

Es evidente que si no hubiera tanto amante de lo ajeno, no sería necesario candar las bicicletas, pero estos personajes forman parte de las selvas urbanas donde vivimos y el componente de seguridad total, creo, que no existe (ni ante las entidades bancarias, ni siquiera ante la temible Hacienda, que según dicen, somos todos).

Aunque los hay exagerados, ¡¡claro!!

Espero poder haber conseguido aportar algo con este experimento disuasorio.

2 comentarios:

  1. El tiempo que hay que dedicarle a los chorizos... En fin.

    Un saludo.

    ¡Ah! Me encanta tu blog. Todavía no lo he leído todo (porque hay un montón) pero me estoy poniendo las pilas, lo prometo. A ver si se me queda algo y no tengo que pedir ayuda a gritos cuando creo que le pasa algo a mi bici.
    :D

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    1. Gracias !!
      Nada mejor que experimentar para aprender, en ese curso ando yo aún.

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