miércoles, 18 de junio de 2014

Mientras llegan repuestos, trueque... con brillo y glicerina

En breve me pondré manos a la obra con la bici de Xavi y con el desmontaje de una rodadora urbana mixta  -que lo he gestionado con Fer de Monsieur Vélo- pero mientras el material llega me emplearé en otros... brillos.
Según expresa el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el significado de trueque en su segunda acepción es: Intercambio directo de bienes y servicios, sin mediar la intervención de dinero.
Y haciendo frente a este sustantivo me he puesto manos a la obra con una partida de pequeños componentes, para darles un poco de vidilla… así, y como dice el refrán,  mientras voy y vengo vida tengo.
Descubrí a Monsieur Vélo cuando servidora aún residía en Málaga, (gracias y a través del blog de otro imprescindible de la restauración, Jordi Bartoll, Reciclone). La suerte o la casualidad ha hecho que su singular taller esté a cinco minutos de donde vivo en Barcelona. Disfrutar de las fotografías de las bicicletas que iba restaurando y poniéndolas a punto para que volvieran a rodar frescas y lozanas era un placer para mi vista. Además de los cuidados que les aporta a las bicicletas, el esmero de la fotografía que reflejan sus máquinas de dos ruedas hacen más goloso un pastel ya dulcecito de por sí… vamos algo así como dulce de leche (para quienes precien el placer de dicho manjar) bien presentado.
El taller M. Vélo, cuenta con un precioso y singular taller equipado a lo clasic full, él basa sus trabajos especial y esencialmente en la restauración y venta de bicicletas clásicas/de época, y por tanto el material que tiene es sobre todo, para este tipo de bicicletas.
Fer es un tipo muy majo, y tras las numerosas visitas que hemos ido acumulando Mila y servidora en nuestro haber, cada vez que le ha sido posible se ha ofrecido a ayudarnos en la localización de algún que otro componente ó accesorio que necesiten las pequeñas cositas que vamos haciendo para amigos y atrevidos que osan dejarnos su velocípedo.
En más de una ocasión me ha ayudado a sacar algún componente que se resiste a salir de su rosca debido, entre otros factores, a las pocas herramientas que dispongo (aunque poco a poco se van sumando nuevas herramientas).
Visitar la tienda de Monsieur Vélo por primera vez fué un placer; ver cómo crece y evoluciona, es otro; y que Fer nos permita que el sentido de la vista disfrute con las bicis y los accesorios para éstas, es un vicio recomendable para seres andantes y amantes de las bicis.
En pocos minutos llego, a veces en bici o caminando, a la tienda que está en Ronda Guinardó, 27 y he visto a lo largo de estos meses como su taller ha ido forrándose de metales transformados, -ya sea en forma de bicicletas, componentes ó de herramientas-, todo ello acondicionado con un fino gusto de lo clásico.
A menudo departimos sobre los trabajos en los que está enfrascado cuando le visito y, en la medida que puedo, trato de ofrecerle mis puntos de vista. Cuantas más ideas salgan a la luz más brillarán, es un decir.

Después de varias conversaciones hace pocas semanas hemos llegado a un peculiar acuerdo, por decirlo subterfugiamente y de alguna manera, basado en el trueque. He recibido unos cuantos componentes que necesitan una puesta a punto (o resurección funcional). Presta y dispuesta a darle vidilla a desviadores tanto traseros como delanteros, de diferentes fabricantes y modelos, de Huret, Sach-Huret y Simplex.

Los ingredientes utilizados para renovar estos componentes han sido:
Gasoil, lijas de diferentes grosores, grasa, aceite lubricante, pulimentos, glicerina diluída para realzar el plástico negro de los componentes y paciencia.

Al desmontar los componentes he ido sumando a mi aprendizaje el funcionamiento de los mismos, así como poder relacionar las similitudes y diferencias de cada fabricante, la calidad de los materiales con que están realizados y en ésta ultima proporción el acabado que les he podido dar.

Gracias al gasoil y a la paciencia las capas de grasa/mugre que tenían (que no era poca) se diluyeron considerablemente, verdaderamente el material tenía mucha suciedad. Este derivado del petróleo es muy útil en estos menesteres, y al ser más graso que su hermana, la carísima gasolina,  facilita el limpiado luego con un estropajo -de dureza media- para que no se raye el metal.

Dependiendo de la calidad de los materiales de cada componente y de su degradación por el paso del tiempo los resultados variaban.

Y en esa proporción unos eran más agradecidos que otros.
Por ejemplo este Alpha de Simplex, tiene unos materiales muy básicos y la aleación de su metal era acorde a su calidad, básico.

Y la resultante tras el pulimentado hizo lo que pudo. Sin embargo este Simplex fué más agradecido y el acabado con la glicerina para realzar el negro plástico obtuvo un aprobado. 

Realzar plástico con glicerina.

Para darle mas fuerza a los plásticos negros, la mezcla que empleo son 3 partes de agua desionizada y 1 de glicerina pura.

Hubo de todo un poco, no sólo grasa/mugre, manchas de pintura que por fortuna, salieron con un poco de tesón en otros gemelos del Simplex anterior...


Y aquí los gemelos renovados una vez acabado el proceso, como se aprecia la recuperación del plástico con la glicerina le da un mejor aspecto del acabado. Mi tío utilizaba este método para realzar el negro de los neumáticos en el taller de coches que tenía.

El resumen del primer grupo después de un tratamiento rejuvenecedor:

El segundo pelotón fueron unos cuantos Huret y más Simplex...

Algunos con las ruedecillas desdentadas y que serán renovadas...

Un antes y después de un desviador trasero Simplex de batalla...

Y el resultado de parte del segundo grupo una vez regenerados

Con todos estos rescates Fer tiene ya material, preparado, arreglado, presto y dispuesto a rodar en renovados caballos de hierro. Tengo ilusión y ganas de ver el brillo final del trueque.

Mientras tanto, por mi parte, lo siguiente será rescatar una bici mixta urbanita...

Fuentes de inspiración y aprendizaje

Aprovechar la oportunidad de vivir en Barcelona, me sirve, entre otras muchas cosas para visitar las numerosas tiendas y talleres de bicicletas. Y gracias a ello voy conociendo, poco a poco, quienes la regentan, qué y cómo hacen sus trabajos y como no, si se tercia, poder conocer un poco a las personas que comandan estas naves que, con su trabajo, hacen que muchos ciudadanos pedaleen sin humos por una gran ciudad. También y gracias al caralibro voy contactando con muchos amantes de las dos ruedas que rescatan y restauran velocípedos clásicos, antiguos y más modernos. No son todos los que son pero algunos de ellos están en los enlaces de este modesto blog que voy actualizando poco a poco con las cosas que vamos aprendiendo y donde mezclamos experiencia de principiantes y los arreglillos que se nos ponen a mano. Cuando seamos mayores igual las cosas nos salen hasta bien, quien sabe.

Si Jordi Bartoll es el maestro del detalle en los procesos de restauración con una gran aportación documental y divulgativa en los procesos que ha llevado a cabo en sus trabajos, Inhibita es el desbroce recuperador de bicis y gran detallista en la  información que nos ofrece en sus blogs Bicinova y Bicinova 2, ambos esencia en recuperación de bicis; Climent es el que le mete mano a todo… que tenga ruedas ó se pueda resucitar más otros muchos magníficos que admiro, Fer es el rescate de lo francés… al otro lado del Pirineo. Hay muchos más, Ornitobiker, Spunny, Rick, Soler,  pero aún no he tenido el placer de conocerlos en persona, salvo a Juan Pablo que conocí, mientras cazaba oxígeno del aire, en pasada edición de  La Pedals de Clip (donde tuve la ocasión de humanizar a bastantes caras conocidas de internet). Juan Pablo también aporta mucho con sus resucitaciones particulares y la numerosas ideas-solución de mecánica bicicletil que he lanzado en los diferentes grupos cibernéticos de locos por la bici que hay en la red.

Gracias a la difusión de los trucos empleados por muchos y los métodos de trabajos que sacan a la luz otros se aprende a ver, a mirar y sobre todo a observar el cómo se hace y desde aquí quiero agradecérselo a todos.
Una vez leída la parte de la teoría, nos ponemos a realizar prácticas para comprobar lo aprendido y valorar los resultados, a veces las cosas salen a la primera y otras no. Pero no hay que desesperar, hay que seguir insistiendo, en eso se basa el aprendizaje.

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