domingo, 19 de julio de 2015

R. Geminiani

Desde el mes de Febrero esta preciosidad permanecía paciente y a la espera de que le llegara el momento de ponerla de nuevo en marcha. Es una Raphael Geminiani, plegable, del estilo de las populares bicicletas italianas Graziella pero con diámetro de rueda superior, 24 pulgadas.
El origen de la Geminiani, antecedentes.

Las Geminiani no son habituales en nuestro país, su nombre-marca se relaciona directamente con un ciclista que después de una gran vinculación con el ciclismo profesional -fué buen corredor y mejor director deportivo- dio licencia con su nombre a bicicletas tanto de carretera como urbanas, como otros tantos ciclistas hacían. No he averiguado exactamente quien montaba estas bicis. Hasta ahora lo que he consultado no revela con claridad quienes las hacían. Se barajan varias empresas francesas, Gitane de la localidad Machecoul, y las casas que están en Saint-Étienne, Mercier y Cizeron. Lo que si está claro es que gran parte de las bicicletas de carretera con su nombre eran de alta gama, aunque en realidad hubo de todo un poco.
Raphael Geminiani de origen italiano nació en la localidad francesa de Clermont Ferrand. Sus padres emigraron a ese país unos años antes de que naciera en 1925. La afición la tuvo cerca, su padre tenía un taller de bicis y según parece fue éste el que comenzó a entrenarlo.
Participó en el Tour en doce ocasiones, consiguiendo el Gran Premio de la montaña en 1951 donde quedó en 2ª posición, detrás del suizo Hugo Koblet.  Fue Campeón de Francia de ciclismo en ruta en 1953. En el Giro participó cinco veces, obteniendo la mejor clasificación en el Premio de la Montaña en los años 1952 y 1957, en la Vuelta sólo participó tres veces y aunque fué escasa su presencia, subió el tercer escalón del pódium de la 10ª Edición de la Vuelta a España en 1955 que finalizó en Bilbao acompañando al francés Jean B. Dotto y al granadino Antonio Jiménez Quilez. 
También cabe destacar que militó en el equipo Bianchi-Pirelli, como gregario de lujo de Fausto Coppi en las temporadas 1952-53 donde fructificó su gran amistad con uno de los ciclistas mas mediáticos de la época. Años después la casualidad hizo que ambos contrajeran la malaria en un viaje al territorio francés del Alto Volta -hoy Burkina Faso- en África, cuando fueron invitados a una carrera de exhibición y a un safari a principios de Diciembre de 1959. En las navidades, ya de regreso, tanto Geminiani como Coppi comenzaron a sufrir un proceso febril fuerte que se fue complicando. Después de varios diagnósticos erróneos los médicos de Geminiani en Francia, estuvieron más acertados que los de Coppi en Italia. Lamentablemente Fausto Coppi fallecería el 2 de Enero del año siguiente (1960); por fortuna uno de los médicos que asistía a Raphael estaba especializado en enfermedades tropicales y sugirió realizarle una analítica de sangre que confirmó la infección por malaria, mientras que a Coppi le administraron cortisona lo que hizo acelerar su fallecimiento. Fausto Coppi tenía tan sólo 40 años.
Al parecer Geminiani fué rompedor en la política de publicidad de la UCI e introdujo en 1962 por primera vez la esponsorización de equipos al 100% de empresas no vinculadas al ciclismo en la Grande Boucle (el Tour). Como segundo director dirigió con el equipo St. Raphael, -una marca de aperitivos- al gran  Jacques Anquetil. Luego el equipo pasó a denominarse Ford y allí fue primer director, manteniendo a Anquetil como jefe de filas y a Julio Jiménez como uno de los gregarios. Dirigió el equipo Bic un par de años, y a Eddy Merck en 1977 con el Fiat. Como asistente de director al inicio y como primer director después llevó el equipo de La Redoute donde militó el irlandés Stephen Roche. Cerró su carrera de director deportivo con el Café de Colombia de Lucho Herrera y Fabio Parra.
Para quienes deseen ampliar la vasta experiencia deportiva de Geminiani y sean lectores de lengua francesa recomiendo la lectura de una publicación, del año 2010, que realizó con la colaboración de Jean Paul Vespini, titulado Mes quatres vérités (Mis cuatro verdades) Ed. Jacob-Duvernet, de la que he leído buenas criticas. Es una pena que no esté traducido a nuestra lengua. Por otro lado y de mano del periodista Jean Paul Ollivier, autor de más una docena de biografías de ciclistas, en 1995 publicó la de Raphael Geminiani cuyo título es Le grand fusil (El gran fusil)  Ed. Glénat cuyo título hace referencia al apodo con el que era conocido.
La historia de Geminiani es bastante interesante, un personaje controvertido y con mucha iniciativa. Pero vamos a lo que vamos y tras explayarme en las referencias de esta figura para hacernos una composición de lugar, lo que toca es presentar esta bicicleta urbana que lleva su nombre.
Así es como llegó a nuestras manos esta bonita bici plegable, el estado en general es bueno y necesitará algún que otro arreglo para ponerla en activo.
Ahora no es posible rodar con ella;hay que sustituir el cambio trasero, marca Roto, que está inutilizable ya que el cuerpo que sujeta las roldanas está retorcido e incompleto.

Otro componente que necesita la Geminiani es añadirle el cierre del plegado (ausente). Por suerte tengo uno en la reserva desde hace bastante tiempo.

El cierre del sillín está atornillado con una pieza que no es la original. Se trata de un modelo de cierre fabricado en los años 60 del pasado siglo y su uso se extendió hasta los 80. Los he visto montados en bicis plegables y en alguna que otra BMX.

Este tipo de cierre, el Sicur Brevettato, se diseñó para poder abrir y cerrarse fácilmente para regular la altura del sillín y del manillar. Va con un cierre roscado y a presión, similar al cierre rápido de hoy día, con un collarín. En el cierre del sillín falta la palanca, para solucionar provisionalmente el problema pusieron un tornillo pasado de rosca y una tuerca que bloqueaban al completo la posición de la tija.
En la imagen inferior se aprecia el cierre con mas detalle, realizando su función de regulación de altura de la curiosa potencia curvada.

La presencia de óxido es liviana y creo que no presentará muchas dificultades eliminarlo para recuperar el brillo pues los cromados se conservan bien. Las zonas más afectadas son el manillar, algunas zonas de la parrilla del portabultos y un poco en las llantas pero nada grave.


Será un placer enlucir los guardabarros que son de acero inoxidable, lo que muestra cierto cuidado en la elección  de los materiales.

Otra de las cosas que me han llamado la atención son las arandelas de las herraduras de freno, así como la tornillería y los tacos que son Bianchi. Las herraduras son unos Super Rapida funcionales.
Las manetas de freno van soldadas al manillar y los puños, de color crema, hacen juego con los pedales y las cubiertas Olmo, que por su estado aún pueden aguantar. Todo necesita limpieza, desengrase con ver el estado y posteriormente optimizar engranajes, rodamientos, reavivar colores y la bici quedará renovada.
El plato y las bielas están sanos. El guarda cadenas tiene un picado en la parte inferior que trataré de cubrir para que no se extienda en la medida de lo posible, la parte mas alejada del suelo está bien.

La triple piñonera facilitará el desplazamiento urbano ante algún repecho. Aquí se aprecia que el fijador del cambio al cuadro también esta perjudicado por torsión. La palanca es de la misma marca, Roto, para mí desconocida.

La pintura del chasis tiene picados presenciales sin importancia. Lo único que me dá un poco de lástima es el aspecto de dos de las calcas, pero bueno creo que las dejaré tal cual para que le dé el toque singular, ya que están casi completas aunque mal pegadas. Creo que por algún lado hay que mostrar imperfecciones o es una forma de justificarme.


Esta es la presentación en detalle de la Geminiani tal cual llegó. Ahora toca desmontarla al completo para ver el estado de sus tripas y darle mimos. ¡¡Allá vamos!!

2 comentarios:

  1. Esperamos con ilusión los avances en este nuevo proyecto.

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  2. Tienes toda la razón. Es una PRE-CIO-SI-DAD. Cuando termines va a ser la reina del baile.

    Un saludo

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