sábado, 23 de marzo de 2013

Un lugar donde hacer cosas

Ponerse manos a la obra con las bicicletas, al igual que cuando se hacen trabajos de bricolaje -salvando las diferencias-, trae consigo poner muchos chismes por medio. Cada día va aumentando la colección de herramientas que nos ayudan a hacer el trabajo más fácil, y no tener la opción de tenerlas a mano por cuestión de espacio hace los procesos más lentos... aunque no tratamos de hacer las cosas rápidas, pero si las cosas están a mano, mejor.

De un tiempo para acá, entre la multitud de ideas que vamos anotando en lo que hasta ahora viene siendo un esbozo de proyecto con prácticas, está la posibilidad de ubicarnos en un lugar donde las bicis reciban sus cuidados de recuperación:  Las herramientas y el espacio que requerimos cada día nos lo pide.
Persiguiendo una forma para nuestra idea, hemos estado buscando, entre otras  muchas cosas, un local, un lugar para hacer nuestro trabajo y ésto no es tarea fácil, sobre todo porque al tener los pies demasiado en la tierra y dados los condicionantes vigentes no es tarea fácil, léase sobre todo costes.  Bueno, pues mientras el proyecto va puliéndose y gracias a los familiares de Juande, tenemos, en provisional, un espacio para hacer cositas...

¡GRACIAS! 

Henos aquí haciendo una pequeña mudanza de las herramientas y de la enorme mesa reciclada que llegó al taller gracias a la desinteresada aportación de una amiga que nos permitió montarla en la baca de su auto.  
Realizamos un acondicionamiento básico para ubicar los materiales; Entre la cantidad de herramientas que Juande tiene y las específicas de bici que tengo la cosa fue tomando forma. 
El espacio es sobre todo luminoso, con el añadido de los espejos que le dá más claridad si cabe; no cabe duda que los detalles los vamos a ver bien...


Días después encontramos una celosía de láminas de madera, que un vecino iba a tirar, y lo reciclamos para hacer nuestro panel particular de herramientas de manera que nos aliviara un poco la pequeña mesa.
Mesa algo saturada
¡Imaginación al poder! 

 Puestos a reciclar y teniendo en cuenta la dificultad de taladrar en espejos sin que se quebraran, aprovechamos una cuerda para anclar desde el techo el panel, por la base se clavó al borde de la mesa de trabajo. Antes cuadramos la dañana celosía con clavitos y Juande ideó una pequeña repisa con listones que tenía yo en casa para colocar todos los envases (lubricantes, desengrasantes, lijas, pulimentos varios, etc).
Montaje de panel
Parece otra cosa
Una vez instalado el panel, a Juande se le ocurrió colocar las herramientas, y ¡claro! necesitaba martillear para clavar las puntillas. Poco antes había pensado que lo haríamos desde el suelo (no por nada, sólo que me resultaba menos arriesgado para los espejos), pero no, el mural se colgó y aún no habíamos clavado las puntillas, por fortuna... no pasó nada.

Aquí ya se puede ver  la cosa un poco más organizada. Reciclamos, incluso tarritos de conserva para guardar tornillos,tuercas, topes, terminales... El plan inicial, es evitar que la mesa parezca una feria, o lo que es lo mismo evitar de la mejor manera posible dejar sueltas más de una decena de herramientas sobre la ella. Ya veremos si somos capaces.

Listo

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